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miércoles, 25 de marzo de 2020

Degustamos los vinos de Viña Montes de Chile

A comienzos de marzo degustamos parte del portfolio de Viña Montes, proyecto nacido en Chile en 1987 gracias a Aurelio Montes y Douglas Murray, sumándose un año después Alfredo Vidaurre y Pedro Grand. Fueron pioneros en la plantación de viñedos sobre laderas de montaña. En la actualidad, la bodega está ubicada en el Valle de Colchagua, con viñedos en el mismo Valle de Colchagua, en Aconcagua Costa, en el Valle de Itata y en el Valle del Maule y tiene una capacidad de más de 2 millones de litros. La degustación estuvo guiada por el sommelier Mariano Jurado.

De la línea Outer Limits probamos un Suavignon Blanc, un Cinsault y un Syrah. De la línea Montes Alpha degustamos un Carmenere y un Merlot y terminamos con uno de los íconos de la bodega, el blend Montes Alpha M. Compartimos algunas notas que fuimos tomando junto con los vinos.

Empezamos con el Outer Limits SB 2019, 100% SB del viñedo Zapallar en el Valle de Aconcagua. Muy interesante en nariz ya que no tiene el perfil vegetal tan característico de nuestros SB. En cambio, predominan notas claramente frutales, de pulpa blanca como el ananá o el durazno. En una segunda nariz pueden apreciarse notas vegetales muy sutiles. Es bien franco en boca, acidez bien marcada, fresco, muy fácil de tomar.

El Outer Limits Cinsault 2018, nos mostró un varietal del Valle de Itata, no muy difundido en nuestro país. Tiene un paso muy leve por barricas de roble de tercer uso. Muy frutal en nariz, con notas que recuerdan a frutos negros. En boca muestra acidez moderada y taninos sutiles. Es un vino para tomar fresco. 

Terminamos con el Syrah 2018 de Outer Limits. Varietal 100% del viñedo Zapallar en el Valle de Aconcagua, con 12 meses de crianza en barricas de roble francés de tercer y cuarto uso. De nariz especiada, con notas a fruta negra en una segunda capa, muy elegante. En boca se vuelve a encontrar una elegancia bien marcada, con taninos muy moderados y un final prolongado. Uno de los puntos altos de la noche. 

De la línea Montes Alpha, arrancamos con el Carmenere 2018. 100% varietal del Valle de Colchagua, el 55% del vino pasa 12 meses en barricas de primer, segundo y tercer uso, proceso común a todos los Montes Alpha. De nariz compleja, con mucha fruta roja y negra, con un perfil especiado en una segunda capa. Franco en boca, de acidez y taninos muy moderados. Un vino muy elegante.      

Luego degustamos el Merlot 2017, también del Valle de Colchagua. En este caso, el vino tiene un 10% de Cabernet Franc. En nariz destacan notas a mermelada de frutilla, características del ML. En una segunda nariz aparecen notas especiadas, pero de manera muy sutil. En boca destacan aromas especiados, pero con un muy buen balance entre fruta, especies y aporte de la madera, taninos maduros y elegantes.   

Y terminamos con el Montes Alpha M 2012. Este blend está elaborado con Cabernet Sauvignon (80%), Cabernet Franc (10%), Merlot (5%) y Petit Verdot (5%), todas del viñedo de Apalta en el valle de Colchagua, y tiene una crianza de 18 meses en barricas nuevas de roble francés. En nariz son claras las notas a fruta roja (ciruela) madura, el aporte de la madera perfectamente amalgamado. En boca es bastante franco, con taninos bien marcados y nuevamente la madera haciendo su aporte sin invadir. De final prolongado, un vino distinto, otro de los puntos altos de la noche. 

miércoles, 11 de marzo de 2020

Degustamos los vinos de Diagonales en Alma de Los Andes

El jueves 27 de febrero estuvimos en Alma de Los Andes degustando el portfolio de Diagonales Winery, un proyecto bien platense, desde su nombre. Estaban presentes uno de los socios del proyecto, Mariano Segundo, y el sommelier Marcelo Perrozzi.

El proyecto lleva dos años, matiene una producción baja, del orden de 5000 a 7000 botellas de cada etiqueta. Las uvas provienen de diferentes lugares de la provincia de San Juan, son compradas a la Bodega Marale y a pequeños productores y los vinos son vinificados en la bodega. 

Por ahora, Diagonales comercializa tres etiquetas: un Cabernet Franc, un Malbec y un blend, no solo de cepas sino también de terroirs.

Empezamos con el CF 2016. La uva proviene del Valle de Pedernal, es 100% CF. Luego de la fermentación, el vino pasa 12 meses en barricas de roble francés de primer uso y otros 12 meses de estiba en botella antes de salir a la venta. Predominan las notas frutales en nariz. En boca es bastante franco, los taninos están presentes pero no invaden, lo mismo que la madera, amalgama muy bien con la fruta. Es un vino muy tomable, pero por su estructura sería interesante ver su evolución en algunos años.

Seguimos con el blend, que como decíamos, es un blend de cepas (30% MB, 35% CS, 35% Bonarda) y también de terroirs ya que el MB es del Valle de Pedernal, el CS del Valle de Tulum y el BN del Valle de Zonda. La vinificación es similar al CF. En nariz resaltan notas a frutas rojas y la madera hace un aporte muy sutil en forma de notas a vainilla. En boca es bastante franco, con una estructura tánica bien presente y acidez moderada. El índice de "tomabilidad" del blend es bien alto, muy rico vino.   

Terminamos con el MB en dos añadas, 2016 y 2017. La uva es del Valle de Pedernal y la vinificación sigue el mismo camino que el CF y el blend. La comparación de las añadas resultó muy interesante. El 2016 mostró una nariz con mucha fruta roja y con notas más vegetales (que recuerdan al pimiento) o incluso especiadas (que recuerdan al mentol o al eucalipto). En boca están muy presentes las notas vegetales, los taninos moderados pero bien presentes y la acidez moderada. Muy tomable.

El 2017 mostró una nariz bastante más compleja, con notas a fruta roja y con el aporte de la madera presente en aromas a chocolate y vainilla. En boca también está muy presente el aporte de la madera, los taninos y la acidez son moderados. Da la impresión que el 2017 nos invita a guardarlo para tomarlo en unos años.

domingo, 8 de marzo de 2020

Tremenda vertical de Mendel Cabernet Sauvignon 2009-2018

El viernes 28 de febrero disfrutamos de una espectacular cata vertical de Mendel Cabernet Sauvignon, desde el 2009 al 2018 (¡toda una década!), guiada por Sebastián Genin, Brand Ambassador de la bodega.

El CS se elabora con uvas provenientes de la finca que la bodega poseee en Perdriel, Luján de Cuyo. Los rendimientos son relativamente bajos, del orden de las 7 toneladas por hectárea. Una vez vinificado, el tiempo de crianza es de 12 meses en barricas de roble francés, un tercio del vino en barricas de primer uso, otro tercio en barricas de segundo uso y el tercio restante en barricas de tercer uso. Antes de salir a la venta, el vino pasa 6 meses de estiba en botella. 

Destacamos la estabilidad del color intenso con el paso de los años. Es notable que ni siquiera en las añadas más añejas se pierde la viveza del color.

En nariz, una característica interesante es que todas las añadas presentan notas a fruta roja y fruta negra frescas, en algunos casos predominando, en otros compitiendo con las notas vegetales y especies más típicas de la cepa. Los 12 meses de barrica amalgaman perfectamente con los aromas primarios y secundarios.

Una muestra de la calidad de los vinos es que los asistentes elegimos diferentes añadas cuando Sebastián nos pidió contar el podio de cada uno. 

Para terminar, y sólo como anécdota, nuestro podio lo integraron añadas impares: (1) 2011, (2) 2013 y 2015 y 2017 compartidiendo el tercer puesto.