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lunes, 22 de julio de 2024

Probamos los vinos de Valle de La Puerta

Degustamos varios de los vinos que produce la bodega Valle de La Puerta en el Valle de Famatina, La Rioja. El proyecto produce poco más de dos millones de litros al año divididos en alrededor de 30 etiquetas para las líneas Ichanka, La Puerta, La Puerta Vino Orgánico, Quinquela y Rebelde. Elabora también un aceite de oliva premium a partir de casi 800 ha de olivares.  

Empezamos con dos etiquetas de la línea La Puerta Clásico, el cabernet sauvignon y el syrah, ambos 2022. Los dos vinos son 100% varietal y se elaboran de manera similar: fermentación en tanques de acero, maceración port-fermentativa por tres días y fermentación maloláctica en tanques de acero de mayor capacidad. Sin paso por madera, el vino es embotellado luego de filtrado. El CS tiene un perfil claramente piracínico en nariz, con la fruta negra apareciendo en una segunda nariz. De acidez media en boca, los taninos están presentes pero no son invasivos, el final es medio. El SY muestra un perfil mucho más frutal, con aromas que recuerdan a guinda, de acidez marcada en boca, taninos moderados y un final medio a prolongado que redondean un vino muy interesante. 

Seguimos con la línea La Puerta Alta, de la que degustamos un torrontés 2023 y un malbec 2022. En el caso del TR tenemos una fermentación lenta y controlada, a baja temperatura. Al finalizar, el vino pasa cinco meses en contacto con las lías. Presenta una nariz muy expresiva y potente, con notas cítricas y florales por igual. El pomelo se combina con las flores de azahar y con algo de rosas. En boca es de acidez marcada y de final prolongado. Uno de los puntos altos de la degustación. En el caso del MB, la elaboración es similar a los vinos de la línea Clásico, sólo que parte del mismo es añejado en barricas de roble francés y el resto en roble americano, en ambos casos por seis meses, para terminar blendeando el corte final. Este MB es de nariz interesante, mucha fruta negra con aromas que recuerdan a aceitunas. El aporte de la madera es muy sutil. En boca es de acidez media, taninos moderados y final medio.
 
Probamos también el bonarda 2019 de la línea La Puerta Reserva. La vinificación tiene lugar en tanques de acero y evitando la segunda fermentación para mantener el carácter frutal del varietal. Una vez terminada la fermentación, el 30% del vino pasa a barricas de roble francés y el resto del vino queda en tanques. Al cabo de seis meses, se realiza el corte final. De nariz muy frutal, con aromas que recuerdan a la ciruela negra, con notas a vainilla por su paso por madera que le dan un toque 'dulce'. Es franco en boca, el aporte de la madera está presente con notas dulces, es de acidez no tan marcada, taninos moderados y final medio a prolongado. Un bonarda muy interesante.

Y terminamos la degustación con el Red Blend A Pleno Sol 2019, de la línea Quinquela, tres etiquetas que homenajean a Benito Quinquela Martín. Este blend es 50% malbec y 50% bonarda, premiado en sus añadas 2017 y en 2018. Resulta una vino muy elegante en boca, con notas a fruta roja y negra como ciruela, guinda y mora. La madera hace su aporte con notas 'dulces' que recuerdan a la vainilla. En boca mantiene la elegancia, es franco, de acidez media y taninos moderados y de final prolongado. Otro de los puntos altos de la degustación.


Agradecemos a Betina Fregenal por la invitación a degustar los vinos y a Jorge Cheruse por los aportes al tomar las notas de cata.