Tuvimos oportunidad de degustar gran parte del portfolio de Monte Quieto, un proyecto que nace en el año 2000 de la mano de Matilde Pereda y Agustín Casabal, quienes compran una finca en Agrelo, Luján de Cuyo. Años más tarde, amplían su capacidad con dos fincas más, una en Ugarteche, también en Luján, y la otra en Vista Flores, Tunuyán, alcanzando una superficie de 80 ha. plantadas con Malbec, Cabernet Franc y Syrah. Si bien se plantan otras variedades, la fruta se vende a otras bodegas.
Monte Quieto elabora dos líneas de vinos: la línea Quieto con cuatro etiquetas y la línea Alegre con tres etiquetas. Además, elabora el blend Enlace, el tope de gama. El enólogo del proyecto es Leonardo Quercetti.
Nos acompañaron en la degustación Gabriel Carbajal y Juan Manuel Illesca, representantes de la bodega. Probamos el Rosado de CF, el MB y el SY de la línea Quieto; el CF y el Gran Corte de la línea Alegre y el blend Enlace.
El Rosado de CF de Quieto 2020 se elabora con uvas de las tres fincas, en un proceso que empieza con una maceración de entre 1 y 2 horas para que el mosto tome color, luego la fermentación por 20 días y una guarda en tanques de acero inoxidable por 3 meses antes de salir a la venta. De color rosado que recuerda a la piel de la cebolla, el vino se manifiesta en nariz con notas frutales que recuerdan a la frutilla y a la ciruela, mientras que en boca sorprende una acidez elegante que persiste en el tiempo.
Terminamos la línea Quieto con el SY 2018. En este caso, las uvas provienen de la finca de Ugarteche. El proceso de vinificación es similar al del MB, aunque para la guarda de 12 meses se usan tanques de acero y piletas de hormigón. De nariz especiada, muy típica del varietal, evoluciona con el tiempo a notas más frutales. En boca es franco, manteniendo un perfil frutal/especiado muy elegante, con taninos bien presentes, de acidez media a media alta y final medio a prolongado.
De la línea Alegre, empezamos con el Gran Corte de CF 2018. Las uvas provienen de las tres fincas de la bodega. La maceración pelicular es extensa, entre 20 y 40 días, la fermentación alcohólica llega a su fin en 15 días y la fermentación maloláctica ocurre en tanques de acero inoxidable. El añejamiento se da durante 6 meses en barricas de roble francés y en piletas de hormigón. En nariz resulta muy elegante, con notas especiadas y vegetales que recuerdan a la pimienta por su perfil piracínico. En boca es bastante franco, con taninos moderados, de acidez media a media baja, el año de madera se complementa muy bien con el resto de las notas aportando un final medio a prolongado.
Seguimos con el Alegre Gran Corte 2018, un trivarietal formado por un 44% de CF, un 31% de MB y el 25% restante de SY. Las uvas provienen de las tres fincas y la vinificación es similar al Gran Corte de CF. El añejamiento se da durante 12 meses en barricas de roble francés y en piletas de hormigón. De nariz muy compleja, de evolución constante, con notas que recuerdan a fruta negra y especias como eucalipto o menta que van apareciendo en capas. Los taninos están presentes en forma moderada en boca, de acidez media, agradable, y de final medio a prolongado. Uno de los puntos altos de la noche.
Terminamos la degustación con el Enlace, Corte de Terroirs, 2010, una añada de solamente 4020 botellas, de las que quedan muy pocas. Es también un trivarietal con un 42% de CF, un 36% de MB y el 22% restante de SY. Las uvas provienen de las tres fincas y la vinificación es similar a la línea Alegre. El añejamiento se da durante 16 meses en barricas de roble francés y otros 12 meses en tanques de acero y 24 meses más de estiba en botella antes de salir a la venta. De nariz compleja y cambiante, con un claro perfil de fruta madura que deja lugar a notas especiadas en una segunda capa. En boca es muy franco, de claro perfil frutal y de acidez media alta, taninos moderados y un final prolongado. Otro de los puntos altos de la noche, pero hay que apurarse antes que se agoten las botellas.