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miércoles, 31 de marzo de 2021

Probamos los vinos de Bira

El 11 de marzo degustamos en Alma de Los Andes el portfolio de Bira, un emprendimiento de Santiago Bernasconi y Federico Isgró, que inicia en 2017, dando sus primeros frutos en 2018.

La degustación estuvo guiada por Santiago, quien, entre otras cosas nos contó que el nombre Bira significa "Bernasconi-Isgró República Argentina". El portfolio incluye cinco vinos, tres de ellos con una base de Sangiovese, elaborados según el estilo de la Toscana, y los otros dos con una base de Malbec, representando un estilo más argentino.      

El proyecto tiene su base en el Valle de Uco, donde Federico y Santiago encontraron un viejo viñedo de Sangiovese en La Consulta que dio origen a Bira.
 
Además de Sangiovese (SG) y Malbec (MB), los vinos del proyecto se elaboran con Merlot (ML), Syrah (SY) y Cabernet Franc (CF). Los rendimientos son relativamente bajos, lo que habla de la calidad de los vinos que resultan: del SG se obtienen 8 toneladas por ha. del SY, ML y CF 6 toneladas por ha y del MB solo 5 toneladas por ha. El SY y el ML provienen de Tupungato y el MB y el CF de Gualtallary.    

Yendo a los vinos, empezamos con el primer MB, Tanito 2018. Este trivarietal tiene 80% de MB, 12% de SY y el resto de CF. Las tres variedades fermentan por separado. La uva va en grano entero a piletas de hormigón para fermentar. El MB se descuba apenas finalizada la fermentación, mientras que el SY y el CF pasan por una maceración post-fementativa. La fermentación maloláctica se da para las tres variedades. Finalmente, el 40% del vino pasa entre 8 y 10 meses en barricas usadas de roble francés. En nariz se muestra muy expresivo, con un perfil frutal (fruta roja) dominando, que deja lugar a notas florales más sutiles y, finalmente, un toque especiado. En boca se mantiene el perfil frutal, con una acidez media a media alta muy interesante, taninos marcados y final medio.

Como una segunda tanda, degustamos los tres vinos a base de SG. Empezamos con el Rosso D'Uco 2019, un blend con 60% de SG, 25% de SY y 15% de ML. Las tres variedades fermentan por separado, sin maceración post-fermentativa y con fermentación maloláctica completa. El 30% del vino pasa entre 8 y 10 meses en barricas usadas de roble francés. En nariz notamos aromas que recuerdan al té negro, que combinan con notas frutales y especiadas. En boca tiene un perfil especiado interesante que amalgama muy bien con taninos firmes y con una acidez media a media alta para dar un final medio.     

 
Seguimos con el Brunetto 2019, elaborado con un 70% de SG, 20% de ML y 10% de SY. El SG es fermentado en piletas de hormigón y en bines de plástico al estilo de una microvinificación. La novedad del proceso es que el ML y el SY son cofermentados en bines. Luego de una maceración post-fermentativa de una semana, se produce la fermentación maloláctica en forma completa. La totalidad del vino pasa 12 meses en barricas usadas de roble francés. De nariz predominantemente frutal (frutas rojas y negras) muestra también aromas que recuerdan a hongos, posiblemente debidos al ML, y nuevamente el té negro presente. En boca se muestra muy franco, con una acidez marcada y taninos bien presentes que redondean un final medio a prolongado.


Terminamos esta tanda con el Bin Otto 2019, elaborado a base de un 80% de SG, 15% de ML y el 5% restante de SY, el tope de gama de esta línea de 3 etiquetas. Se usan los mejores racimos en una microvinificación de granos enteros en bines de plástico, maceración post-fermentativa y fermentación maloláctica en barricas nuevas de roble francés de 500 L, donde permanecen luego por 12 meses hasta el corte final. De nariz muy compleja, aromas a fruta roja y negra y a especies por igual. Nuevamente franco en boca, con acidez media alta, taninos presentes y moderados, de final medio a prolongado.  

Cerramos con el segundo MB, Tano 2018, un tetravarietal compuesto de 60% MB, 20% SG, 15% SY y el 5% restante de ML. La fermentación de los granos enteros se da en bines de plástico y luego el mosto permanece por los menos una semana más en contacto con los sólidos. La fermentación maloláctica es completa y la totalidad del vino pasa 12 meses en barricas nuevas de roble francés de 500 L. En nariz presenta un perfil frutal bien marcado (fruta roja), con otras notas que recuerdan a hongos o a cuero. En boca es bien complejo, con perfil frutal dominante, taninos muy moderados, acidez media y un final medio a prolongado.    

En resumen, nos encontramos con vinos muy elegantes, de nariz compleja en todos los casos, equilibrados en boca, con una acidez muy agradable y taninos que acompañan. Las cinco etiquetas cubren una gama de precios que invita a descubrirlos, si todavìa no lo hiciste.

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