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domingo, 2 de diciembre de 2018

Degutación de vinos de Mendel

El jueves 22 de noviembre estuvimos en Alma de Los Andes, en la degustación de Mendel, uno de los proyectos de Roberto de la Mota. La degustación estuvo guiada por Sebastián Genín, brand ambassador de la bodega.

Mendel está basada en tres fincas, Finca Mendel en Mayor Drummond, Luján de Cuyo; Finca de Los Andes en Perdriel, Luján de Cuyo y Finca Remota en Altamira, Valle de Uco. La producción anual es del orden de 250.000 botellas, el 80% de la cual se exporta.

Empezamos con el Mendel Semillon 2017, de la finca de Altamira. El 15-20% de este vino fue fermentado en barricas de roble francés nuevas durante 6 meses y tiene una producción de poco más de 13.000 botellas. De color dorado pálido, en nariz dominan las notas a frutas de pulpa blanca con algún recuerdo más escondido a miel. En boca tiene una acidez marcada muy interesante, con notas vegetales que dejan una muy agradable sensación.

Seguimos con el Mendel Malbec 2016 de la finca en Mayor Drummond. Este vino tiene 12 meses de crianza en barricas de roble francés, con la particularidad de que un tercio de las mismas es nuevo, otro tercio es de segundo uso y el tercio restante de tercer uso. Luego de embotellado, pasó 6 meses en botella antes de salir al mercado con una producción de poco más de 30.000 botellas. De color rojo intenso, presenta una nariz compleja donde las notas frutales están presentes junto a otras notas especiadas. El paso por madera hace un aporte muy sutil, sin opacar la expresión del varietal. En boca los taninos están presentes de manera muy elegante, refrescante y de final prolongado.

El Mendel Cabernet Sauvignon 2017 es elaborado a partir de uvas de la finca de Perdriel. Tiene una producción de poco más de 5.000 botellas. De color rojo granate muy intenso, tiene una nariz muy típica de la variedad, con notas vegetales, pero también con aportes de frutas rojas. En boca los taninos dicen presente y si bien el vino es perfectamente tomable, puede guardarse en cava hasta el año próximo, esperando su evolución.

Después degustamos el Mendel Petit Verdot 2015, elaborado a partir de uvas de Mayor Drummond, con 12 meses de crianza en barricas de roble francés y una producción de solamente 600 botellas. A la vista presenta una coloración muy intensa, con tonalidades negruzcas. Tiene una nariz muy compleja, donde predominan las especias. En boca es muy interesante y, al igual que el CS 2017, no está mal mantenerlo en la cava para que siga evolucionando.

Luego, le tocó el turno al Mendel Unus 2015, un blend de 65% de MB, 25% CS y 10% PV, con uvas provenientes de las tres fincas, que tuvo 16 meses de crianza en barricas nuevas de roble francés, 12 meses más de estiba en botella y una producción de poco menos de 18.000 botellas. De color rojo granate muy intenso, presenta una nariz muy compleja con notas a frutas rojas y negras en una primera impresión, que da lugar luego a otras que recuerdan a especies. Como siempre en estos vinos, el trabajo es tan cuidado que la madera no interfiere nunca con la expresión de las cepas, haciendo aportes muy sutiles. En boca es muy franco, con una estructura tánica importante aportada por el CS, un volumen interesante dado por el MB y una acidez presente pero domada por la fermentación maloláctica. Un vino de mucha elegancia, con un final prolongado.

Terminamos la serie de tintos con el Finca Remota 2015, un MB 100% de la finca del mismo nombre en Altamira, con paso por roble francés de primer uso y con una producción de 6000 botellas. En vista notamos un rojo granate muy intenso. En nariz es muy complejo, con notas a frutas rojas y negras, a especias y también está presente el regaliz. En boca se aprecian taninos maduros, una cierta untuosidad y un volumen bien marcado. Con un final muy prolongado, estamos en presencia de un vino de gran elegancia.

Y para cerrar la noche, degustamos lo nuevo de Mendel, Rosadía 2018, un rosado elaborado con Pinot Noir, Cabernet Franc, Merlot y Malbec, todos de la finca de Altamira y con una producción de 4800 botellas. En palabras de Roberto de la Mota: "... Lo elaboramos pensando en un Pinot Noir bien fresco, en un Cabernet Franc que le aporta más estructura, con un Merlot que le da complejidad en la nariz y al ser una bebida que proviene de Mendoza tiene que tener un poco de Malbec." De un color rosado pálido, definido como "piel de cebolla", en nariz predominan las frutas de pulpa blanca y en boca es refrescante, frutado y de acidez marcada, recordando en varios aspectos a un espumante (sin burbujas claro). Una característica a remarcar es la botella, muy bonita, proveniente de Francia y conocida como Bourgogne Antik.

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