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lunes, 10 de diciembre de 2018

Degustación de vinos de Domingo Molina

El miércoles 28 de noviembre estuvimos en Alma de Los Andes, en la degustación de Domingo Molina guiada por Jorge Martínez, brand ambassador de la bodega.

La bodega se encuentra en Yacochuya y tiene tres fincas. Una se encuentra en la misma Yacochuya, a 2000 msnm y de 25 hectáreas, tiene plantadas las variedades Malbec, Cabernet Sauvignon, Merlot y Petit Verdot. La segunda, en el Valle de Cafayate, se encuentra a 1700 msnm y tiene 10 hectáreas de extensión plantadas con Torrontés. La tercera finca está en San Carlos, a 2300 msnm y tiene 25 hectáreas plantadas con Malbec, Cabernet Sauvignon, Merlot y Tannat.

Empezamos la degustación con los vinos de la línea Domingo Molina. Arrancamos con el Torrontés 2017, del que un pequeño porcentaje fermentó en barricas de roble francés y se elaboraron 5.000 botellas. Amarillo pálido a la vista, con aromas muy típicos del varietal: notas cítricas y florales más toques de miel. Franco en boca, las notas florales bien presentes. Algo interesante es que el amargor típico del torrontés que se aprecia en el final de boca no está presente. Acidez domada y de carácter refrescante.

Seguimos con el Merlot 2016, 100% ML pero el 50% proviene de Yacochuya y el otro 50% de San Carlos, el 30% del vino pasó 8 meses de crianza en barricas de roble francés de 2do uso y la producción alcanzó las 5.000 botellas. De color rojo granate de intensidad media a alta, en nariz resulta muy típico del ML joven: notas a frutas rojas, típicamente frutillas, con toques vegetales que lo hacen muy interesante. Resulta franco en boca, con las notas frutales predominando. De acidez moderada por la fermentación maloláctica, tiene un final medio a largo. Uno de los puntos altos de la noche.

Pasamos al Cabernet Sauvignon 2014. Esta vez el 100% de la uva proviene de la finca en San Carlos, Villa Rupestre, nuevamente el 30% del vino pasó 8 meses de crianza en barricas de roble francés de 2do uso y la producción alcanzó las 15.000 botellas. De color rojo granate intenso, en nariz sobresalen las notas vegetales en una primera impresión, para dar lugar después a notas que recuerdan a fruta negra y roja. En boca es bastante franco, con las notas vegetales por delante, taninos delicados y final prolongado.

El Petit Verdot 2015 es elaborado con uvas de Yacochuya. Como toda la línea Domingo Molina el 30% del vino pasa 8 meses de crianza en barricas de roble francés de 2do uso. La producción alcanzó las 6.000 botellas. La coloración es roja, con tonalidades rubí y de intensidad media a alta. En nariz es complejo, predominando notas de frutas negras y rojas maduras. En boca mantiene la complejidad, con taninos sutiles, y una nota de amargor muy interesante en el largo final.   

Terminamos la línea Domingo Molina con el Tannat 2015. Como en el CS, el 100% de la uva proviene de la finca Villa Rupestre. El 30% del vino fue criado durante 8 meses en barricas de roble francés de 2do uso y la producción alcanzó las 15.000 botellas. De color rojo granate muy intenso, tiene una nariz claramente especiada, con notas que recuerdan al mentol o al eucalipto. En boca es muy amable, taninos domados, muy tomable. 

Pasamos al m^2 ("m al cuadrado") o "malbec x malbec" 2015, un vino elaborado con uvas de Yacochuya y de San Carlos, 50% y 50%, donde el 40% de mismo pasó 6 meses en barricas de roble francés de segundo uso y alcanzó una producción de 4.000 botellas. De color rojo rubí muy intenso, presenta una nariz muy intensa, donde las notas especiadas ganan lugar, mientras las frutales aparecen en una segunda nariz. Es bastante franco en boca, una complejidad que revela notas vegetales y otras que recuerdan a frutas negras. De taninos muy sutiles y final prolongado.

Cerramos la noche con el Rupestre 2014, un blend de MB (60-65%), ML (30-25%) y TN (10%), todas las uvas de la finca Rupestre en San Carlos. En este caso todo el vino tiene una crianza de 12 meses en barricas de roble francés de primero y segundo uso y la producción es de 4.500 botellas. A la vista salta una coloración granate muy intensa. En nariz destaca una complejidad interesante, con notas frutales tomando la delantera, para dar paso después a notas especiadas que recuerdan las del Domingo Molina TN 2015. Nuevamente, como toda la noche, un vino muy franco en boca, a lo que se suman taninos mu domados por el paso por madera y un final muy prolongado. Uno de los topes de la bodega junto al Palo Domingo. 

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