Degustamos casi todos los vinos de 3SAPAS, un proyecto de los hermanos de origen suizo Arnaud y Florian Frésard. 3SAPAS significa tres suizos al pie de Los Andes, siendo el tercer suizo en cuestión Gibbs, el perro de los hermanos Frésard. 3SAPAS tiene la sustentabilidad como bandera y el compromiso de plantar un árbol en zonas amenazadas por la deforestación por cada botella vendida.
Si bien el proyecto toma forma alrededor de 2020, se afianza entre 2021 y 2022 cuando se suma Fernando Sota como enólogo. La finca está en Tupungato, cuenta con 46 ha de suelo arenoso, de perfil alcalino y asentado sobre piedras que aseguran un buen drenaje. 34 ha están plantadas con vides de una gran variedad de cepas tintas y blancas.
La degustación estuvo guiada por Arnaud y por Fernando, quien contó que la cosecha de las variedades tintas se lleva a cabo cuando la fruta alcanza el potencial de 13 a 14 grados de alcohol. Esto asegura vinos ligeros, fáciles de tomar, donde predominan los aromas frutales y florales. En el caso de los vinos blacos se busca una acidez marcada que resalte la fruta. El paso por madera de los vinos tintos oscila entre 6 y 12 meses, pero usando barricas usadas, barricas de 500 L o bien añejando solo un porcentaje del vino para que los aromas varietales no queden opacados.
En la actualidad, producen nueve etiquetas, de las que degustamos ocho. Te contamos lo que nos parecieron los vinos.
Empezamos con los dos blancos. Arrancamos con el viognier 2023, fermentado y criado en tanques de acero, donde el vino permanece en contacto con lías hasta el filtrado antes de embotellar. Presenta una nariz que recuerda a fruta blanca como pera y algo de durazno que desaparece rápidamente. En boca muestra una acidez marcada y sensaciones de rugosidad y untuosidad aportadas por el contacto con lías. Los meses de madera se complementan muy bien, redondeando un vino muy rico. Seguimos con el sauvignon blanc 2023. En este caso, la fermentación se da en piletas de concreto de 3000 L y se mantiene el contacto del vino con las lías durante unos meses. De nariz increible, donde predominan claramente las notas cítricas que recuerdan al pomelo y que dan lugar a notas vegetales que recuerdan a las arvejas, pero más moderadas. De acidez muy marcada en boca, da un buen final. Muy rico vino, uno de los puntos altos de la degus.
Si bien el proyecto toma forma alrededor de 2020, se afianza entre 2021 y 2022 cuando se suma Fernando Sota como enólogo. La finca está en Tupungato, cuenta con 46 ha de suelo arenoso, de perfil alcalino y asentado sobre piedras que aseguran un buen drenaje. 34 ha están plantadas con vides de una gran variedad de cepas tintas y blancas.
La degustación estuvo guiada por Arnaud y por Fernando, quien contó que la cosecha de las variedades tintas se lleva a cabo cuando la fruta alcanza el potencial de 13 a 14 grados de alcohol. Esto asegura vinos ligeros, fáciles de tomar, donde predominan los aromas frutales y florales. En el caso de los vinos blacos se busca una acidez marcada que resalte la fruta. El paso por madera de los vinos tintos oscila entre 6 y 12 meses, pero usando barricas usadas, barricas de 500 L o bien añejando solo un porcentaje del vino para que los aromas varietales no queden opacados.
En la actualidad, producen nueve etiquetas, de las que degustamos ocho. Te contamos lo que nos parecieron los vinos.
Empezamos con los dos blancos. Arrancamos con el viognier 2023, fermentado y criado en tanques de acero, donde el vino permanece en contacto con lías hasta el filtrado antes de embotellar. Presenta una nariz que recuerda a fruta blanca como pera y algo de durazno que desaparece rápidamente. En boca muestra una acidez marcada y sensaciones de rugosidad y untuosidad aportadas por el contacto con lías. Los meses de madera se complementan muy bien, redondeando un vino muy rico. Seguimos con el sauvignon blanc 2023. En este caso, la fermentación se da en piletas de concreto de 3000 L y se mantiene el contacto del vino con las lías durante unos meses. De nariz increible, donde predominan claramente las notas cítricas que recuerdan al pomelo y que dan lugar a notas vegetales que recuerdan a las arvejas, pero más moderadas. De acidez muy marcada en boca, da un buen final. Muy rico vino, uno de los puntos altos de la degus.
Pasamos a las dos etiquetas de la línea Crianza. Un malbec 2022 que tiene la particularidad de que la cosecha de la fruta se extiende por dos semanas, tratando de capturar lo mejor de cada parcela. La fermentación y la crianza se dan en piletas de concreto y una parte del vino listo pasa a barricas de roble francés de diferentes usos por seis meses. En nariz muestra un perfil claramente frutal, donde predomina la fruta negra que recuerda a ciruelas y guindas. En boca es franco, con buena acidez, taninos moderados y final medio. El cabernet sauvignon 2022 tiene una vinificación similar al MB y tiene una nariz muy interesante, donde aromas frutales (fruta negra) se combinan con notas especiadas bastante marcadas. En boca se aprecian los taninos, bien presentes pero sin molestar, de acidez media y final medio. Dos vinos con una relación precio a calidad excelente.
Seguimos con las dos etiquetas que conforman la línea Reserva. El malbec 2022 combina uvas de Tupungato y de Alto Agrelo, cosechando en la misma fecha en ambos lugares. La fermentación y crianza se lleva a cabo en tanques de acero y una parte del vino pasa a barricas de roble francés de distintos usos por ocho meses. De nariz muy agradable, con notas que recuerdan la fruta roja (como la frutilla) bien marcada. De acidez media- en boca, taninos presentes y final medio+. Para el cabernet sauvignon 2022 la uva proviene de Alto Agrelo, de parcelas diferentes que se cosechan con diferente grados de madurez para jugar con la complejidad y el equilibrio. La vinificación es similar al MB, excepto por la crianza de un porcentaje del vino que se da en roble americano. Se aprecian notas que recuerdan la fruta negra en nariz, y algo de especias en una segunda nariz, que combinan muy bien con la fruta. De acidez media+ e interesante en boca, muestra taninos marcados y bien amalgamados que redondean un final medio+, muy agradable. Dos vinos con un salto de calidad interesante sin afectar demasiado el precio.
Para ir terminando, probamos las dos etiquetas que conforman el tope de gama del proyecto. El malbec Gran Reserva 2021, elaborado con uvas de la finca, con racimos enteros que van a piletas de concreto y durante dos semanas se hace bâtonnage para mejorar la extracción de compuestos del material sólido en contacto con el líquido. La crianza se hace exlusivamente en barricas de 500 L por doce meses. En nariz aparecen notas que recuerdan a frutas roja y negra con toques especiados muy sutiles que terminan de redondear una complejidad muy interesante. En boca aparece una acidez marcada que le da un perfil de vino refrescante a pesar de ser un gran reserva, los taninos están presentes en forma moderada, bien combinados, y el final es medio+. Terminamos con el Rey del Aire, Blend Ícono 2022, elaborado a partir de malbec, merlot y chenin blanc de Alto Agrelo, que crecen en diferentes tipos de suelo y son cosechadas el mismo día para cofermentarlas. El 75% del vino listo pasa a crianza en tanques de acero y piletas de concreto y el 25% restante va a barricas de roble del Cáucaso. Presenta una nariz tan compleja como agradable, con aromas donde destacan notas florales y especiadas que recuerda al mentol, junto a aromas a fruta blanca y roja. Es franco y muy amable en boca, de acidez media+ y taninos muy marcados que se amalgaman muy bien, de final prolongado que invita a tomarlo. Un blend riquísimo.
Nos encontramos con vinos frescos, muy bebibles, donde se respetan la características varietales tratando de reforzar el terroir más allá de las denominaciones de crianza, reserva o gran reserva. De los vinos más ricos que probé en los últimos meses.
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