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viernes, 11 de julio de 2025

Probamos los vinos del nuevo proyecto de Seba Bisole, El Legado

Probamos casi todas las etiquetas de lo nuevo de Sebastián Bisole, El Legado. Pudimos charlar con Seba sobre este proyecto, qué significa, qué busca. Te lo contamos.

V&D: ¿Qué te llevó a iniciar el proyecto de El Legado?

SBQuiero contar una historia personal, pero en lugar de hacerlo a partir de un concepto horizontal, como es el caso de la línea Los Bisole,  acá lo hago en forma vertical, la historia de mi papá, de cómo me propuso estudiar enología en el mismo instituto donde él había estudiado. Allí, me recibí y empecé a hacer vino a los 17 años.

La frase de Steve Jobs en la contraetiqueta de los vinos resume esa idea: solo podemos hacer una síntesis de nuestra vida mirando hacia atrás y uniendo los puntos que se fueron creando y nos permitieron llegar al presente.

V&D: ¿Qué querés expresar con estos vinos? Contanos cómo los elaborás

SB: Son vinos jóvenes, del año, esta primera añada es la 2024, elaborados con un estilo francés, 100% reductivo, donde se reduce al mínimo la cantidad de oxígeno que ingresa en los tanques de acero durante la fermentación, con la intención de retrasar la evolución del vino todo lo posible, a expensas de aromas y estructura, y que la evolución se de en la botella o en la copa. Terminada la fermentación, se fracciona para salir al mercado con buena acidez, frescura y buscando que los descriptores aromáticos evolucionen en copa.

Se elaboran solamente entre 300 y 450 botellas de cada vino.

V&D: Por ahora estás con 4 etiquetas tintas y una blanca, ¿pensás ampliar el portflio en el futuro inmediato? ¿Vas a continuar con la 2025 el año que viene?

SB: No, ampliarla no. Para el 2025 la idea es seguir con las cinco etiquetas. También con la línea Familia, que tiene etiquetas de vinos blancos que cambian año a año y un malbec, un merlot y un cabernet franc fijos cada añada.

Como novedad, te puedo adelantar que para octubre va a salir una nueva línea de vinos, De Igual a Igual, que recuerda el momento en que mi papá se recibe de enólogo y me dice ‘ahora los dos somos enólogos’. De Igual a Igual serán dos blends trivarietales.

Para el año que viene tendremos otra línea, Tesis, que será el tope de gama. El nombre hace referencia a tres momentos de mi vida. El primero cuando mi papá escribe su tesis para recibirse de enólogo en una máquina de escribir a rodillo y retorno de carro, pero no logra terminarla; el segundo cuando escribo mi tesis en una computadora para recibirme yo; y finalmente, cuando mi papá logra recibirse y escribe su tesis… ¡a mano! Porque ya no había máquina de escribir y no podía usar computadora. Solo dos etiquetas, un malbec y un merlot.

 Y ahora vamos a los vinos. Probamos cuatro de las cinco etiquetas de El Legado, todas ellas 2024.

El semillon muestra notas cítricas en nariz, que recuerdan a la lima y al pomelo, con un matiz 'dulce' muy agradable. En boca es de acidez media a media+, dejando una sensación salina interesante, bien típica de la variedad, que combinada con la acidez da un final muy agradable.

El pinot noir es de nariz interesante, notas a fruta roja (guinda, cereza) y especiadas bien marcadas. Acidez media en boca, taninos presentes, final medio. Un lindo pinot, con una acidez algo más baja de lo esperada que no atenta contra la frescura del vino.

El merlot presenta una nariz con aromas a fruta roja (frutilla), y notas especiadas que recuerdan a la nuez moscada. Franco en boca en lo frutal, acidez media-, taninos moderados, final medio. Un merlot de libro.

Y terminamos con el malbec. Llama la atención con un color violeta profundo, con herradura rubí brillante. De nariz compleja, fruta roja (ciruela), y notas especiadas marcadas (clavo de olor), franco en boca, de acidez media y taninos presentes, el final es medio+. Más que interesante este vino.

 Tal como nos adelantó Seba, nos encontramos con cuatro vinos que se caracterizan por su frescura y potencia aromática.    

miércoles, 2 de julio de 2025

Probamos las nuevas añadas de BIRA con Santiago Bernasconi

Probamos las nuevas añadas del portfolio completo de BIRA, el proyecto de Santiago Bernasconi y Fede Isgro (la B y la I del nombre, RA por República Argentina), nueve etiquetas en total, acompañados por Santiago, quien nos fue contanto detalles de los vinos.

En la primera tanda tomamos el Bianco D’Uco y el Rosa Di Rosso, ambos 2024. El primero, malvasia 100%, parte fermenta con escobajos, buscando estructura final, y otra parte en contacto con pieles. Parte del vino final fue a barricas y estuvo en contacto con lías por 4 meses. De nariz que recuerda a fruta cítrica, notas florales, de acidez media+ y untuosidad que otorga volumen en boca. Muy interesante. El Rosa es un blend de sangiovese (60%) y syrah, cofermentados a baja temperatura y en contacto con borras por 4 meses en tanques. De nariz muy floral donde destaca el aroma a rosas. De acidez media en boca, final agradable, vino rosado elegante y fresco a la vez.

Para la segunda tanda, probamos el Rosso D’Uco y el Tanito, ambos 2023. El Rosso es el primero de los tres tintos que tienen al sangiovese como base que elaboran Fede y Santiago. En este caso, un 70% de SG y el resto repartido entre merlot y syrah. Las tres variedades fermentan por separado y parte del vino va a barricas usadas por 12 meses antes de hacer el corte final. Aromas a fruta roja, como la cereza, y notas herbales en nariz, de acidez media y taninos marcados en boca, se aprecia un final medio muy agradable. Tanito, en cambio, se elabora a base de malbec (el 80%), pero con impronta italiana. Completan el corte el sangiovese y el cabernet franc. Se vinifica en forma similar al Rosso, paso por madera incluido. Mucha fruta roja en nariz, entrada dulce en boca, de acidez media- a media, taninos presentes y amalgamados, final medio. Un vino con una relación calidad a precio increible.

Seguimos con el Brunetto, el Bin Otto y el Tano, todos 2022. Los dos primeros completan la trilogía a base de sangiovese, con un 80% de SG en el Brunetto y un 90% en el Bin Otto, con merlot y syrah completando los cortes. Estilos de vinificación muy diferentes, en Brunetto Fede juega con dos estilos de SG, maceración corta y maceración larga y ML y SY cofermentados y microvinificados en bins, 12 meses en barricas de 500 L nuevas y usadas. Nariz muy herbal y acidez media-, taninos que complementan perfectamente y final prolongado. En el caso del Bin Otto las tres variedades se microvinifican por separado en bins y tienen maceración post fermentativa prolongada antes de pasar a barricas de 500 L donde reposan 14 meses. De nariz muy compleja, fruta roja, notas herbales y aromas terrosos, de acidez media- y taninos amalgamados, final prolongado. Un vino más que interesante. Tano, por otro lado, sigue la filosofía del Tanito, un malbec (70% en este caso) con impronta italiana que aporta el sangiovese (y algo de cabernet franc), un Tanito potenciado en palabras de Santiago. De vinificación similar el Bin Otto, tiene aromas frutales muy intensos, acidez media y perfil tánico pronunciado en boca, de final prolongado.

Y terminamos con la línea Mero. El Primo Syrah 2022, del cual se hacen poco más de 600 botellas a partir de una barrica de 500 L, presenta una nariz muy compleja, donde predominan aromas herbales que recuerdan al mentol, de acidez media a media+, taninos muy amables y final prolongado. Riquísimo vino. Y el Non Vintage (N.V.) donde uva malvasia pasa un año en crianza biológica y luego se hace el corte con otra malvasia vinificada de manera más tradicional. De nariz compleja donde las notas aportadas por el velo están bien presentes, combinadas con aromas a fruta cítrica y acidez media en boca. Vino blanco complejo, que vale la pena probar.