Degustamos los vinos de Ción Wines, nuevo proyecto de Fabián Vicario. Fabián es propietario de Biplano Wines y cuenta con experiencia importante en investigación en vinos en el Catena Wine Institute. Ahora, creó Ción Wines para homenajear a su papá, Nito, que lleva casi 80 años trabajando en vitivinicultura.
El nombre del proyecto tiene que ver con palabras terminadas en ción, con que Fabián cuenta cómo hace sus vinos. Son tres líneas que usan uva de San Carlos, Valle de Uco, y tienen la característica de comenzar la vinificación con maceración carbónica para lograr una base alcohólica que optimice la extracción de polifenoles. La fermentación ocurre en huevos de concreto. Fabián busca vinos jóvenes y frescos, que se beban fácilmente.
La primera línea es FormaCIÓN, dos etiquetas elaboradas a partir de garnacha y sangiovese provenientes de viñas de más de 80 años en Eugenio Bustos, ambas añadas 2024. Dos vinos muy interesantes, con aromas que recuerdan a fruta roja en nariz y acidez marcada en boca que se origina en una cosecha temprana. Algo más de cuerpo el sangiovese por ser un poco menos ácido. Muy bebibles ambos, invitan a tomarlos con un par de grados menos de lo habitual.
La segunda línea es TransformaCIÓN, también con dos etiquetas, un chardonnay 2022 que tuvo oxidación biológica parcial y un cabernet franc 2024, elaborados con fruta de viñas de 28 años en La Consulta. De nariz herbácea y especiada, tenemos un franc típico de la zona, de acidez media en boca, muy agradable. Del chardo hablamos más abajo porque hicimos una experiencia interesantísima que nos propuso Fabián.
La última línea es ConstrucCIÓN, sólo una etiqueta, malbec 2024, de El Cepillo, elaborado con uvas de 20 años. El vino muestra una nariz bien típica de la maceración carbónica, con mucha fruta roja, que recuerda a la frutilla (casi un chicle de frutilla), de acidez media y taninos apenas perceptibles. Para tomar bien fresco!
Fabián trajo cinco botellas de chardonnay sin etiquetar, de diferentes añadas para experimentar y comparar con el 2022, en tres tandas de dos vinos cada una. La característica del chardo de Ción es que pasa parte del tiempo en contacto con velo, produciéndose una oxidación biológica que aporta aromas típicos, como solvente por ejemplo. En la primera tanda probamos el 2025 y el 2024, diferencia importante de color, nariz muy frutal en el 2025, que recuerda a la pera, mientras que el 2024 muestra notas a levadura. El 2025 es franco en boca y el 2024 recuerda a una sidra sin gas.
En la segunda tanda, en el 2023 aparecen claramente las notas a solvente, lo que muestra un cambio de carácter respecto al 2024. El 2022 es el chardo que se comercializa, de perfil similar, aunque las notas de la oxidación biológica no son tan prominentes, de acidez más marcada que el 2023.
En la tercera tanda, probamos otro chardo 2022 que no fue embotellado y continuó con el velo, lo que le aporta aromas a solvente mucho más marcados que en el 2022 comercial. Y probamos un 2021 que resultó tremendamente elegante, de nariz terpénica, con aromas que recuerdan a la uva y a la pera, de acidez interesante en boca, riquísimo vino!