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sábado, 3 de septiembre de 2022

Probamos los vinos de Solito Va, el proyecto de Leandro Velázquez

Probamos los vinos que elabora Leandro Velázquez para su proyecto Solito Va. Leandro hizo su experiencia como enólogo en Salentein y en bodegas del exterior, pero en 2017 elaboró 600 botellas de Malbec en la casa de su abuelo y ese fue el punto de partida para Solito Va. Hoy en día elabora unas 30000 botellas (tiene una capacidad máxima de 50000) repartidas en 6 etiquetas. Las uvas no son propias sino que son compradas a productores de diferentes zonas, según el varietal. Algo que sí es común a la elaboración de todos sus vinos es una cosecha temprana que busca bajo contenido alcohólico, acidez natural marcada y un producto final que se beba fácil. Tanto la maceración como la fermentación se da en piletas de concreto y solo algunos de los vinos pasan por madera posteriormente. 

Empezamos con un Semillón 2022, elaborado con uvas provenientes de Chilecito, Mendoza. En este caso no hay paso por madera. Mucha "frescura" en nariz, con aromas que van de notas cítricas a fruta blanca, notablemente ananá. Es muy franco en boca, con notas a fruta blanca muy presentes, acidez media a media+, elegante y al mismo tiempo de fácil beber. 

Pasamos a un naranjo elaborado a partir de Pedro Ximénez, uvas de La Consulta, añada 2022, todavía sin etiqueta tal como se ve en la foto. La maceración del vino listo con sus pieles para extraer color (y algo de taninos) fue de 4 meses. De nariz muy especiada al comienzo, notas a romero, tomillo, se va tornando más compleja con el paso del tiempo y la aireación. En boca se presenta bien seco, de acidez marcada y taninos que se aprecian levemente. 

Probamos el primero de los cuatro tintos elaborados por Leandro, un Malbec 2020, elaborado con uvas provenientes de El Cepillo. El 10% de la uva va a las piletas de concreto con racimo entero y entre un 20 y un 30% del vino pasa por roble francés antes de embotellar. De nariz interesante, donde las notas vegetales y frutales, tanto fruta roja como negra, combinan muy bien. En boca es bastante franco en lo frutal, de acidez marcada, taninos presentes y muy fácil de beber.

Seguimos con un Cabernet Franc 2019, elaborado con uvas de La Consulta. Con un proceso de vinificación similar al del Malbec, el 50% del vino ya listo pasa 12 meses en barricas de roble francés usadas. En nariz tardó un poco en expresarse, pero cuando lo hizo se hicieron patente notas a fruta roja y y algo de pimiento, muy sutil. En boca es muy agradable, de acidez marcada y taninos presentes pero no invasivos, ofrece un final medio, fácilmente bebible. Uno de los puntos altos de la noche. 

La siguiente etiqueta fue un Cabernet Sauvignon 2019, con uvas de Altamira, donde ahora el 70% de vino pasó 12 meses en barricas de roble usadas. Una nariz muy típica, notas piracínicas bien presentes, combinadas con fruta negra y roja. En boca es frutal, con taninos marcados y de acidez media. De final medio, es un buen ejemplar de CS. 

Terminamos la degustación con el blend Tato 2019, que lleva el nombre del abuelo de Leandro. Solo 1000 botellas elaboradas a partir de Malbec de El Cepillo (85%) y Petit Verdot de La Consulta. El 100% del vino ya listo pasa 12 meses en barricas de roble francés. De nariz marcadamente frutal, aparecen notas especiadas en una segunda nariz. En boca es muy franco, muy frutal, de acidez media y taninos presentes pero bien amalgamados, de final medio a prolongado. El tope de gama del proyecto de Leandro que mantiene la facilidad de beber de toda la línea. 

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